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¿Quien descubrio la marihuana?

La marihuana es una sustancia con una extensa y controvertida historia. A lo largo del tiempo, esta planta, y desde hace más de 5.000 años, ha sido utilizada para diferentes fines, que van desde el uso lúdico y recreativo, pasando por un medio de relajación y meditación, hasta su uso en el tratamiento de varias enfermedades o el alivio de procesos vinculados a cierto tipo de malestares. Aunque se supuso que la marihuana tenía su origen en Mesoamérica, ahora se sabe que es sólo una leyenda urbana de poca credibilidad y que sus orígenes los podemos registrar en referencias médicas chinas datadas alrededor del año 2737 a. de C. Si bien esta planta no tiene un origen mesoamericano, sí ha generado interés en el mundo, y sobre todo en México. Es en este país donde el uso del cannabis ha ido desde intereses textiles y medicinales hasta el consumo lúdico, pasando por su venta libre, la prohibición por presiones políticas y sociales, su tolerancia y, recientemente, su despenalización para uso lúdico y medicinal. Desgraciadamente existen pocas referencias de la historia de esta planta en México, por lo que ha sido de nuestro interés presentar algunos datos sobre las generalidades de la marihuana, una breve historia en el mundo, el desarrollo de la despenalización en Norteamérica, sus usos medicinales y su paso por México hasta nuestros días.

El cáñamo se ha utilizado durante más de 5.000 años para hacer ropa, cuerdas y papel, así como para hacer aceite y alimentos; los rastros de tejidos hechos con fibras de cáñamo encontrados en China y Turkestán lo confirman. A partir de la evidencia de cerámica encontrada en Taiwán, el uso de marihuana para el cannabis comenzó en el período de la cerámica antigua. Con el uso de fibra de cáñamo, el interés médico en C. sativa comenzó desde la medicina oriental tradicional hasta el presente [14]. El uso de cannabis medicinal se puede encontrar en códices chinos antiguos (2727 a. C.) o plantas de cannabis encontradas en tumbas en el sur de Siberia y el noroeste de China. Esto último sugiere que la planta pudo haber sido parte de rituales y entierros religiosos. Jiang y otros encontraron lo que parecían ser plantas de cannabis producidas localmente en un cementerio de Chiayi, dispuestas y utilizadas como un sudario.

Hacia el año 1150, los musulmanes introdujeron el cáñamo en España con la finalidad de producir papel, se fundó el primer molino en la ciudad de Alicante y se intensificó el interés por la elaboración de textiles, vestimenta y cordelería. El cultivo y el consumo de marihuana eran una práctica común entre las culturas, por lo que pasaban de una cultura a otra sin ninguna restricción. Por lo tanto, debido a la influencia de Oriente Medio y la India, el cultivo de cannabis se propagó por toda Europa, Asia y África.

¿Quien trajo la marihuana al occidente?

Muchos podrían decir que lo único que hizo el irlandés William Brooke O’Shaughnessy en India fue reinventar la pólvora. El descubrió algo que era nuevo para él y para el mundo occidental, pero que hacía miles de años que se usaba popularmente en el continente asiático, como recreación y como medicina.

Lo que consiguió este médico, nacido en Limerick en 1809 fue registrar desde la perspectiva científica el potencial médico del cannabis.

O’Shaughnessy comprobó entonces que el cannabis, así como otras plantas, se utilizaban en la región desde tiempos antiguos como remedios con fines medicinales y recreativos.

Pero en la literatura médica occidental de la época no había información alguna sobre el uso de esa planta.

Hacía años que el médico irlandés había empezado a recopilar todo tipo de detalles sobre los distintos tipos de planta y sus productos derivados, sobre cómo los locales preparaban con ellos múltiples remedios sólidos y líquidos y sobre sus variados efectos.

El irlandés publicó la información en un artículo titulado “Sobre las preparaciones del cannabis indio o gunjah (Cannabis Indica)”. También registró observaciones sobre cómo se usaba socialmente. Escribió que consumían la droga “todo tipo de personas”. Y entre los efectos “fascinantes” que producía enumeró “la felicidad eufórica”, “la sensación de volar”, un “apetito voraz” y “un intenso deseo afrodisíaco”.

El irlandés no consiguió “curar” enfermedades con el cannabis. Ni le funcionó contra el reumatismo, ni contra el cólera pero lo que sí concluyó O’Shaughnessy es que el derivado de la planta podía ayudar a tratar los síntomas de muchos males.

¿Te interesan los temas de marihuana? Te invitamos a leer nuestro blog, con noticias diarias y muchas curiosidades.

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